martes, 10 de noviembre de 2020

Las consecuencias de tener una madre emocionalmente ausente

Hoy vengo a comentarles un tema sobre el que leí hace unos días y me gustaría compartirlo con ustedes. 

Se trata del daño psicológico y emocional que puede provocar la falta de amor materno en un niño o adolescente. 

Muchas madres aman tanto a sus hijos que son capaces de dar su vida por ellos. Sin embargo, no todas son tan amorosas, ya que algunas de ellas afirman que la maternidad no ha sido lo más bonito que les ha pasado en la vida. 

  
Los seres humanos necesitan sentirse amados desde la infancia para desarrollar el crecimiento psicológico y emocional como cualquier persona.

Cuando los padres no expresan amor hacia sus hijos, se genera una serie de carencias afectivas que pueden provocar daños perjudiciales para el desarrollo personal de los niños o adolescentes. 
 
Los hijos que no han sido criados por madres amorosas, presentes y emocionalmente estables se vuelven personas inseguras. 

Dentro de la inseguridad causada por la falta de amor materno, hay diversos tipos de actitudes que los niños pueden presentar tales como:

1- La ambivalencia se produce cuando el niño no sabe cuál será el comportamiento que su madre. Esta actitud les enseña no deben confiar en las relaciones afectivas con otras personas.

2- El carácter evitativo en el que el niño desea el amor de su madre, pero teme las consecuencias porque ésta lo rechaza. Dicha actitud deja un terrible vacío en las necesidades emocionales del niño.
 
Los niños que no reciben el amor de sus padres, se vuelven complacientes debido a la baja autoestima que dificulta el establecimiento de límites sanos en las relaciones sociales.

Son adultos que no saben decir que no porque creen que ser sumiso es ser amado.

En los primeros años de vida, los niños aprenden a gestionar sus sentimientos pero las personas que desarrollan una 
actitud insegura con sus madres, no saben regular sus emociones. 

Al tener una madre emocionalmente distante, el niño tiende a pensar que las relaciones personales son dañinas y eso le lleva a desconfiar de los demás. 

Los adultos que no han sentido amor de sus padres, crecen con la idea erronea de
que las personas son malas y que salir a la calle no es un acto seguro, lo que les convierte en seres desconfiados.

El miedo a ser rechazado suele controlar la mente de las personas que han sido infelices con su familia, están tan acostumbrados a ser juzgados por sus padres que cualquier comentario inofensivo de sus amigos, le va a afectar negativamente.

Los niños que no han sido amados por sus padres, interiorizan sus opiniones sobre cualquier tema que escuchan,  siempre se comparan con los demás, se sienten inferiores a los demás. 

Y tras sentirse abandonadas, entran en relaciones tóxicas porque no conocen otra manera de amar 





 

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