jueves, 12 de abril de 2018

Las casetas privadas de la fería de Sevilla, no siempre fueron privadas

Algunos historiadores descubrieron que la idea de privatizar las casetas fue una iniciativa del Duque Antonio María de Montpensier, el cuñado de la Reina Isabel II en 1850.




Cualquiera que visite la ciudad se llena de asombro porque Sevilla tiene «duende», como se suele decir por aquí. Pero muchos turistas nacionales e internacionales que vienen a conocerla en estas fechas por la Feria de Abril se quedan desconcertados.




Si tienen un amigo sevillano, están de enhorabuena y si se han informado un poco sabrán que existen hasta 18 casetas públicas de libre acceso para poder disfrutarla en todo su esplendor. Sin embargo, las otras mil restantes son privadas, un número un tanto desproporcional desde la perspectiva del foráneo. 


¿Será cierto que es una fiesta cerrada y elitista?, ¿de dónde proceden estas restricciones?, ¿por qué en las demás ferias andaluzas no sucede esto?, ¿cómo podemos eliminar esta «mala» fama que se ha creado? Este fenómeno merece un estudio antropológico cuanto menos.



Los orígenes de la Feria de Abril se encuentran en un 25 de agosto de 1846 en el que Narciso Bonaplata y José María de Ybarra firmaron una proposición que presentaron al Cabildo Municipal pidiendo autorización para que durante los días 19, 20 y 21 de abril se celebrara una feria anual.

El Cabildo Municipal vio con buenos ojos esta iniciativa y fue secundada por numerosos ganaderos y agricultores. Así en 1847 se celebró la primera Feria de Abril de Sevilla.




En aquel momento, la agricultura y la ganadería movían la economía de la ciudad y del país, y, por ello, la existencia de mercados agropecuarios eran acontecimientos fundamentales que favorecían el progreso socio-económico de las localidades en las que se celebraban. Con esta concesión comercial se abrió para Sevilla una oportunidad de crecimiento.



En esa primera feria hubo 19 casetas, pero no como las conocemos hoy en día. Eran puestos de venta y tabernas públicas ubicadas en la calle San Fernando y el Prado de San Sebastián.

El Duque de Montpensier, el que fuera cuñado de la Reina Isabel II, montó en 1848 una «tienda» prácticamente a las puertas de su propio palacio en San Telmo y, dos años después, instaló la primera caseta privada en el real. 

Era un entusiasta de la fiesta, pero prefería rodearse de gente de su nivel social y mantenerse alejado del pueblo. Cuando venía a Mairena, visitaba la feria en compañía del alcalde y los ricos de la villa.



En Sevilla decidió instalar una tienda de campaña lujosa en el real para disfrutar del ambiente pero en un recinto privado, cerrado y vigilado por sus criados, para invitar a sus amigos y pasar la feria rodeado de sus iguales. 

En los años siguientes le imitaron los nobles y ricos de Sevilla y pronto el real se fue llenando de casetas privadas.




Los duques de Montpensier, las autoridades, los institutos diferentes de la milicia,distinguen sus respectivos apeaderos en el Real, y bandas y orquestas amenizan mañanas y tardes en torno a las casetas privilegiadas. 

Los forasteros contemplan embebecidos los pabellones que ocupan jefes y oficiales de la guarnición. Las sociedades de recreo disponen hospedaje y diversión a sus individuos y familias y a los extranjeros notables.




Es decir, desde que la Feria de Abril de Sevilla se instalara en el Prado y sus inmediaciones era una fiesta donde había diferentes estamentos sociales y restricciones en el acceso a la casetas. La clase alta, las entidades sevillanas y las distintas sociedades se situaron en la calle San Fernando y el pueblo, en el Prado.


Las cigarreras jugaron un papel importante, porque a ellas se le debe parte del origen de las sevillanas. Como dato curioso, las sevillanas se consideraban de clase baja, de hecho en las casetas de la nobleza no se bailaban.


martes, 10 de abril de 2018

Narcotrafico: el negocio más practicado en el mundo

El narcotráfico es el comercio de sustancias tóxicas y perjudiciales, que implica la fabricación, distribución, venta, control de mercados de otras zonas y el reciclaje de estupefacientes, adictivos o no que son potencialmente dañinos. 






La mayoría de las legislaciones internacionales prohíben o limitan el narcotráfico,con penas que incluyen la ejecución por diversos medios. Aunque esto varia en función de la sustancia y de la legislación local. 


Hoy en día, este negocio ha aumentado en muchos países de los cinco continentes. Los que practican este comercio ya no son narcos, se han vuelto asesinos en serie que también consumen su mercancía almacenada en La Línea de la concepción en Cadíz. Su parsimonia y sinceridad se cotizan al alza en el epicentro de la droga del sur de España, La Atunara.


En pleno día y armados hasta los dientes, policías y guardias civiles han entrado a montones en este barrio. Los traficantes se agrupan en collas y viven todas con sus familias en el misma barriada, mientras la policía saquean las habitaciones, registran entre las cosas y detienen a los que pueden pillar desprevenidos, los vecinos de los municipios se acercan a mirar y los afectados por las detenciones, gritan "chivatos" a los policías y periodistas.


Los sicarios encapuchados ,mandados por los narcos, asaltan edificios, cárceles y hospitales locales para sacar a sus lideres los narcos, haciendo perenne otra estocada a la narcoeconomía,
desplegada con agresividad y alevosía, en el Campo de Gibraltar.


Tan solo en La Línea, con 63.278 habitantes, los sindicatos policiales estiman que existen unas 30 bandas con más de 3.000 colaboradores directos. "Se han echado a la poca vergüenza. Son mafias a las que les da igual matar o que les maten".

domingo, 8 de abril de 2018

Ser loco no es malo, es solo pensar diferente

La locura ha sido explicada desde hace muchísimo tiempo a causas sobrenaturales. 

En las antiguas civilizaciones se creía que los locos actuaban de manera diferente a los demás porque estaban poseídos por entes malignos y en ese entonces la locura era tratada con exorcismos o trepanaciones. En los peores casos, podían sufrir horrores hasta sentir alivio con la muerte.


Aunque ya en la antigua Grecia habían teorías sobre los orígenes psicológicos de la locura, las enfermedades mentales han sido estudiadas a fondo desde hace relativamente poco, en los siglos XIX y XX por pioneros como Freud o Jaspers

De esta forma llegamos hasta el conocimiento actual de la psique o mente, que da paso a que se nos pueda separar oficialmente entre locos y cuerdos.


Tal vez, una tarde de repente se pusiera a diluviar y decidieras disfrutar bajo la manta de lluvia en lugar de ponerte a resguardo como el resto de la gente. 

Puede que te chiflen las películas gore o que seas un entusiasta de los fenómenos paranormales. Tal vez seas un friki que tiene un disco de 1 terabyte lleno de anime o quizás eres homosexual y has sentido como muchas personas te trataban como un enfermo mental.



Aunque el término “loco” se usa con frecuencia para los enfermos mentales de alto grado. 

Hasta finales del siglo XIX se denominó a la locura como cualquier comportamiento que rechazaba las normas sociales establecidas, y aún hoy sólo con pensar distinto a la mayoría de la gente puedes ser llamado o considerado loco, con los prejuicios y perjuicios que ello conlleva.

Asumir los roles en los que está estructurada tu sociedad no es una tarea ni fácil ni rápida. Desde pequeños somos educados como si estuviéramos en una burbuja, en base a unos principios morales que cuando somos mayores vemos violados a diario. 

La línea que separa lo correcto de lo incorrecto a veces es muy difusa y tienes que estar siempre preocupado de estar pisando en la zona de la corrección, porque un paso en falso puede ser considerado como un revés en tu conducta.



Y no es que me importe que me miren mal, al contrario, es todo un honor para mí y lo hago saber con una complaciente sonrisa hacia mis queridos enemigos sociales.

Al fin y al cabo soy consciente de que el rechazo, que puede provocar la actitud de un loco como yo, se debe al miedo innato que el ser humano siente por lo desconocido. En realidad, cuando alguien te ataca por ser diferente, no te ataca por odio sino por miedo, porque su ignorancia no le deja entender lo que eres y por lo tanto estás destruyendo todo lo que le han inculcado desde pequeño.

A mí no me importa que me miren mal, lo que sí me entristece es que se discrimine a los que piensan distinto, porque además de ser malo para el marginado, es malo para el resto de la sociedad.

Yo sólo soy Ken

  Desde su creación en 1959, Barbie y Ken se han convertido en la pareja de muñecos más famosos y queridos por muchísima gente de todo el mu...