Raro sería que, leyendo estas líneas, alguien sintiera que el tema del que voy a hablar, es ajeno o insignificante, aunque cueste admitirlo, cualquiera, es decir, todos, hemos sido demasiado sentimentales en alguna etapa de nuestra vida.
Cada 14 de febrero millones de personas expresan mediante regalos, poemas, canciones, dulces o detalles romanticos lo mucho que aman a sus parejas. Sin embargo hay algunas parejas a las que el amor romántico les resulta empalagoso.
En el antiguo Egipto se consideraba que el amor puede ser tan perjudicial para la salud como una enfermedad y en la edad media se creía que si en una relación amorosa no hay celos, no es un amor verdadero.
El 14 de febrero se celebra San Valentín y no viene mal, recordar que el amor verdadero si tiene límites y la dignidad es el primero de ellos.
Trivializamos el amor y es algo muy serio que no deberíamos hacer, cuando nos va mal, las consecuencias pueden ser tremendas y constantemente lo banalizamos, nos ilusionados pensando que tener una relación amorosa con alguien será fácil.
Y no es así porque no nos detenemos a pensar que para encontrar a nuestro amor verdadero, lleva un largo proceso, no somos conscientes de que utilizamos nuestra inteligencia para entender al el amor.
Cegados por sus maravillas, poseídos por los sentimientos que llenan nuestro corazón, nos olvidamos de que el amor tóxico también existe.
Al igual que los seres humanos, el amor es un concepto contradictorio y aunque el amor tóxico constituye nuestra última esperanza, cuando el amor nos falla, porque a veces nos falla e intelectualizamos el amor, pensándolo hasta obsesionarnos como él se engancha a nosotros y aquellos que ya han pasado este proceso han contado cuál es la única manera de vivir una historia de amor sana para ayudarnos,
Tampoco se trata de ensalzar el amor romántico ni darnos las claves para superar un divorcio, el objetivo de ambos amores con estilos muy diferentes, es llevar el amor a la práctica, desestructurarlo para interiorizar las herramientas que permiten que el amor no se quede solo en nosotros sino también en la gente a la que amamos y para que sobretodo nos sirva para evitar que nos haga daño.
Las personas seductoras y liberales son los que han creado está versión de que el amor puede causar mucho daño, las empáticas son más atractivas porque son sociables y atentas, pero se preocupan tanto por hacer sentir amadas a sus parejas que se ven afectados por la ansiedad.
Los pasivos agresivos suelen desconfiar del amor que les ofrece sus parejas, cuando no están enamorados, son audaces y aventureros pero si llegan a sentir el amor, son capaces de mentir, acosar, manipular, utilizar y a veces se dejan llevar por sus impulsos sin importarles los sentimientos de sus parejas.
Los que han sufrido por el amor psicótico, deben haber aprendido que hay que hablar de amor y no solamente sentirlo porque si no le ponemos límites al amor, puede llegar a consumir nuestra salud mental.
Los que os sentís identificados con este movimiento anti-romanticista, deberíais saber que en la actualidad, cuando la gente enamorada se queja, lo mejor que pueden esperar es que sientan compasión y una sonrisa irónica.
Pero el amor no correspondido es una causa frecuente de suicidio y aproximadamente un 10% de los asesinatos que se cometen se deben a un ataque enfermizo de celos.
Las relaciones íntimas tóxicas no solo están asociadas con las enfermedades mentales sino que es la causa principal de los traumas amorosos.
Para proteger nuestra intimidad, los psicólogos recomiendan que deberíamos ser románticos incurables porque así será más fácil calificar nuestros propios sentimientos.
Los antiguos poetas egipcios decían que ni con todos las terapias, se podría curar un corazón herido y puede que tuvieran razón en que los problemas derivados del amor como los celos, los traumas y las obsesiones exigen ser analizados profundamente porque la línea que separa al amor sano del tóxico a veces es muy fina.
El amor sano es pasear feliz cogido de la mano de una persona que nos ama más allá de centrarse solo en la atracción sexual y se vuelve tóxico cuando ambos miembros de la pareja no tienen los mismos intereses o no sienten el amor con la misma intensidad.
Sin embargo, seguimos amando basándonos en mitos, leyendas y estereotipos. El amor incondicional es uno de los más dañinos para salud mental y emocional de alguien al igual que también es tóxico idealizar el amor romántico.
Y esa idea pone base a los momentos de desconcierto que todos tenemos en la memoria o en nuestro corazón, por lo que se recomienda que si quién nos ama pone límites a nuestro amor, deberíamos cortar la relación.
Las mujeres son más propensas a ser presas de ese ideal romántico que redunda en el mito de la bella y la bestia, la idea de que podemos unirnos a hombres gruñones, agresivos para que nuestro amor los transforme en personas que se den cuenta de lo maravillosos que son y así empiecen a tratarnos mejor, pero no nos paramos a pensar que podemos llevarnos años estando en una relación que no nos hace felices por la falsa creencia de que el amor es omnipotente.
Mientras que las mujeres piensan en el amor de manera nuclear, los hombres lo ven como algo insignificante pues muchos de ellos solo piensan en coleccionar conquistas para presumir de ellos y alimentar su ego masculino.
Hay que entender by asumir que el amor cambia y pasa por varias etapas y cuando no lo hace, puede tener un mal futuro, porque quién insiste en hacer sacrificios por amor puede ser nuestra autodestrucción y con ésto no tengo la intención de contrariar a los románticos pero en la actualidad deberíamos ver qe cabe la posibilidad de caigamos en una relación amorosa tóxica.
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