Los millennials, también denominados Generación Peter Pan, son todos aquellos niños nacidos desde 1980 y llegaron a su etapa adulta después del 2000, es decir, los que vivieron el cambio de siglo y que poseen características particulares como una personalidad rebelde y el amor por la tecnología y las redes sociales.
los Millennials rondan entre los 15 y 29 años, también son conocidos como los hijos de la generación del Baby Boom y la generación Y.
Los Millennials poseen herramientas que los hacen únicos: la tecnología, es una herramienta natural para estos jóvenes en su día a día, el internet, el dispositivo móvil, las redes sociales son su forma de vida; están descontentos y son incrédulos, tienden a confiar menos en las personas que las generaciones anteriores, se declaran independientes y forman el grupo con mayor descontento político y religioso.
Otras características son su nivel educativo, si se comparan los millennials con generaciones anteriores, tienen un nivel de estudios de grado superior; además de su situación social, a esta generación también se le conoce por su carácter boomerang, puesto que son los que han tenido que volver a casa de sus padres y retrasar la formación de un hogar por la dificultad para encontrar un empleo y acceder a una vivienda.
Los millenials serán más del 70% de la fuerza laboral del mundo desarrollado en 2025. Probablemente han empezado a tomar las riendas del futuro próximo de la humanidad.
En España, son una generación de más de ocho millones de personas que nacieron en la prosperidad, con un entorno político, económico y social infinitamente mejor que el de sus padres, pero que cuando llegaron a la mayoría de edad se dieron de bruces con una durísima crisis que truncó las expectativas de muchos de ellos. Según la Fundación Porcausa, son el colectivo de los sueños rotos o la generación perdida.
La generación millenial vive con la etiqueta de formar un ejército de gente perezosa, egocentrica y consentida; sin embargo, los jóvenes españoles son críticos, exigentes, reformistas, poco materialistas, comprometidos, digitales y participativos.
Pero piensan que la sociedad está en deuda con ellos. Eso se deduce, al menos, de todos los informes y encuestas consultados por EL PAÍS. "Aspiramos a todo lo que han aspirado nuestros padres, pero superándolos. Ellos se conformaron con trabajos que les diera de comer pero nosotros queremos que nos dé de comer y además nos guste".
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